Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

El Sr. SAGASTA: Yo, después de haber oído la manifestación que el Sr. Cucurella hizo, que de haber sabido que el Sr. Presidente del Consejo no aceptaría la proposición y haría de ello cuestión de Gabinete no la hubiese suscrito, francamente, creí que, una vez hecha la declaración del Sr. Presidente del Consejo S. S. iba a retirar la proposición.

A consecuencia de esta declaración ha tomado otro giro el debate.

Yo opino, como el Sr. Presidente del Consejo, que no pueden las Cortes intervenir en las atribuciones de las autoridades, y mucho menos en las atribuciones de los tribunales de justicia. Entiendo también, que las Cortes sólo se pueden dirigir en ruego cuando se sabe que ese ruego ha de ser por las Cortes atendido, y por aquel a quien va dirigido, ejecutado.

Las Cortes no pueden dirigirse en ruego a nadie, si ese ruego ha de ser desatendido; no es cosa de exponer al Parlamento a un desaire ante ningún poder, ni ante consideración ninguna.

En ese sentido, yo no acepto esa proposición, ni en el de ruego ni en el de imposición al Gobierno, para que haga o deje de hacer cerca de las autoridades, ya civiles, ya militares, lo que pretenden los autores de la misma. Pero el debate ha tomado otro giro, el mismo Sr. Presidente del Consejo de Ministros parece ser que tiene deseos de obtener un voto de la Cámara, favorable o adverso, respecto a este punto, y él mismo lo ha dicho.

Yo no tengo inconveniente, me parece que es derecho de las oposiciones, en considerar esta proposición, no por lo que dice, sino como un voto de censura por lo que pasa en Barcelona. Y como no estamos conformes ninguna de las oposiciones con lo que pasa en Barcelona, no podemos menos de admitir la indicación del Sr. Presidente del Consejo de Ministros, y de votar esta proposición. La votaremos como un voto de censura por la conducta del Gobierno en los sucesos de Barcelona. (Aplausos en las minorías.)